16 DE OCTUBRE

DIAS DE CLASE
Daniel Nesquens
Ilustrado por Emilio Urberuaga
2004

"Cuando pasaban cosas y lloraban las mellizas como si tuvieran una sirena dentro, Lisa tenía siempre la culpa.
-¿Cuántas veces la señorita Paula nos ha contado el cuento del señor Bombo?
-No lo sé.
-¿Cuántos botones tiene la camisa que lleva puesta Álvaro?
-No lo sé.
-¿Cuántas veces ha sacado Bea mina a su lapicero?
-No lo sé."


Los doce cuentos que conforman este libro, poblados por personajes animales y humanos, se narran en el aula de un colegio. Los niños de la clase, con poco más que su imaginación y su memoria, relatan una serie de historias contadas de forma divertida y, sobre todo, suculentas en su contenido. Todos tienen su momento para hacerlo, incluso el narrador, niño también, que cierra el libro con su propio relato. 
Solamente dos cuentos son narrados por adultos, el que cuenta la profesora y la divertida historia que el abuelo de uno de los alumnos comparte con los niños de la clase un día en que los visita. Excepto los dos primeros, cada capítulo lleva el nombre de uno de los niños, que es mencionado al final del capítulo anterior. Además de los niños, protagonistas del libro, aparecen otros personajes en las historias que se cuentan: el señor Bombo, el elefante que se enfrenta al cazador que lo persigue y lo envía a casa volando, el vecino despistado y su fiel perro que le hace la comida, o el cazador que no mata animales y sus tres mascotas, un perro, un cochino y una tórtola… 

La señorita Paula es la profesora de la clase y, como es habitual, cuenta la historia del señor Bombo. 

Álvaro es el más elegante de la clase. Su abuelo siempre tiene alguna historia que contar. En esta ocasión el abuelo de Álvaro les visita y les cuenta la historia del elefante que al huir de un cazador se encontró acorralado en un puente, y de cómo el valiente animal pisó un extremo de la tabla sobre la que se encontraba el cazador, y le hizo volar alto, muy alto, tanto que el hombre aterrizó en el sofá de su casa. 

Beatriz vive en el edificio más alto de la ciudad. Y, aunque parezca una contradicción, tiene vértigo. Ella aclara que no vive en el último piso, el decimoquinto. Allí vive un señor que es muy despistado, tanto, que nunca se acuerda de en qué piso vive. Siempre ha de ser algún vecino quien se lo recuerde y, si no hay nadie en el ascensor, su perro baja al portal para acompañarle a casa porque el perro es tan inteligente que hasta le hace la compra y la comida. 

Damián es el chico del chubasquero azul. Le gusta mucho el mar y cuenta a la clase la historia de un museo marítimo y de unos mensajes guardados en botellas. La última vez que su padre y él visitaron el museo le dijeron al dueño que creían que los mensajes que había dentro de las botellas eran falsos. El dueño les echó del museo, pero averiguaron que tenían razón. 

Elisa es la única chica pelirroja de la clase y le encantan, además de los caramelos de plátano, los perros. El padre de Elisa lleva a casa un perdigacho, o perdiz, y le cuenta como jugaba él de pequeño con un pájaro como ese.

Inés es la chica más vergonzosa de la clase, por lo que a todos les sorprende que se decida a hablar. Cuenta la historia de un cazador al que le gustaban los animales y no los mataba cuando iba a cazar, y de los tres animales que eran amigos e iban juntos a todas partes.

 Luisa también conocida como doña Chispa, porque lo que no se le ocurra a ella no se le ocurre a nadie. Como, por ejemplo, la historia de cómo vivían antes los números que no tenían que estar en restas, sumas y multiplicaciones. 

Marta, la más traviesa de la clase, cuenta cuando se llevó el teléfono móvil de su padre a clase. 

Noemí es, por votación de los chicos de la clase, la más guapa. Y además lo hace todo bien, hasta escribir. Un día llevó a clase una redacción en la que contaba la historia de un hombre de hace mil años que decidió inventar el hielo y el iglú y de como iba con su mujer en un trineo tirado por dos cabras. 

Orlando es el más despistado de la clase: un día que la profesora estaba explicando un tema sobre animales, él preguntó cuantos colores existían. 

Rodrigo, según sus compañeros, vive en el mundo de los sueños y por eso nunca se entera de nada. Rodrigo intenta contar su sueño del partido de fútbol, pero al final acaban todos hablando de los animales de compañía que se llaman Gulliver. 

Vanesa siempre es la última en salir de clase y la última en el orden alfabético. Ella cuenta uno de los dos cuentos del último capítulo, el de la gata Quinta, que hacía todo como su dueña, incluso lavarse los dientes. 

El otro lo cuenta el narrador, y habla de la mujer que tenía tres gallinas y un perro de agua y los cambió por una escoba y no se la volvió a ver en el pueblo.


Como podéis leer en la clase de la señorita Paula los alumnos cuentan sus historias preferidas, siempre extravagantes y divertidas. Valores importantes.... el hecho de que todos participen,  pero también la idea de escuchar al otro, la de divertirse juntos, la de aprender contando historias. Además de promover estos valores fundamentales, las historias propiamente dichas son realmente divertidas y están escritas en un estilo sencillo y de agradable lectura. Han pasado años desde su primera edición pero no ha perdido vigencia. 






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