LA HISTORIA DEL SEÑOR SOMMER
Patrick Süskind
Ilustrado por Sempé
1991
“En la época en que aún me subía a los árboles – hace mucho, mucho tiempo, muchos años y décadas: yo medía entonces poco más de un metro, calzaba zapatos del veintiocho y era tan ligero que podía volar – no, no es mentira, yo entonces podía volar – o, por lo menos, casi, mejor dicho: hubiera podido volar, de haberlo deseado de verdad e intentado hacerlo como es debido,.."
Así comienza este cuento que Lucia B., de 5º Val. nos recomienda hoy. Quién haya leido la obra por la que habitualmente se conoce a este autor, "El perfume", o haya visto la "peli", le costará imaginar esta otra faceta literaria del autor alemán.
El protagonista comienza la narración recordando su niñez en el pequeño pueblo de Obernsee, cuando solía subirse a los árboles donde no oía las órdenes de su madre y de su hermano mayor. Allí podía estar tranquilo y escuchar el crujido de las ramas y el sonido de las hojas al caer, aunque esta afición le causó más de un disgusto por culpa, en sus propias palabras de la ley de la gravedad y de las leyes de caída libre de los cuerpos de Galileo Galilei.


En Obernsee también vivía un hombre al que decidieron llamarle Sommer, porque nadie sabia su nombre. Vivía en un sótano junto a su esposa, que se dedicaba a la fabricación de muñecas que llevaba una vez a la semana a la oficina de correos, tras lo que hacía la compra en las tiendas del pueblo para no volver a salir de su casa hasta la semana siguiente. Nadie sabía de dónde venían ni si tenían otros parientes, lo único que se conocía es que un día la señora Sommer llegó al pueblo en autobús y su esposo a pie.
Aunque se ignoraba todo sobre su vida, el señor Sommer era una de las personas más famosas de la región, ya que todos los días del año salía de su casa a primera hora con la única compañía de su mochila y su bastón y no paraba de andar hasta la noche. Aunque nevara, granizara o quemara el sol, el señor Sommer recorría decenas de kilómetros a lo largo de toda la comarca sin hablar con ninguna persona y sin que nadie supiera hacia dónde se dirigía.

Esa candidez de niño que es capaz de subir a los árboles más altos y volar, pasando por ese primer amor imposible que nos hace perder el sentido hasta tratar de poner fin a nuestra imberbe existencia, una profesora de piano que nos hace saltar las lágrimas de la risa y ese golpe final que nos asesta la vida que es la realidad de nuestra existencia y la maduración. Nuestra maduración.
Todos hemos tenido un señor Sommer en nuestras vidas. Todos hemos visto desaparecer al señor Sommer de nuestra infancia como hemos visto esfumarse nuestros mejores días en esa etapa de la vida en que todo era posible. Podría resumirse este libro en un relato en apariencia infantil pero con una carga de fondo que hunde a cualquiera.Visto en "PiLees".
La memoria del dia de hoy nos recuerda grandes desapariciones en el mundo de las letras. Tal dia como hoy se fueron Rubén Dario (1916), Jorge Guillén (1984) y Maria Zambrano (1991).
El último reposo de Rubén Dario está en la ciudad nicaraguense de León. Su mausoleo es uno de los monumentos mas visitados de Nicaragua. El poeta Jorge Guillén reposa en el cementerio inglés de Málaga. Su epitafio dice "Aquí yace un enamorado de la vida". Maria Zambrano reposa a la sombra de un naranjo, en su Velez-Málaga querido, "como una especie de boda con mi Andalucia querida", como ella mismo dijo una vez.
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