PAULA - Isabel Allende -


PAULA
Isabel Allende
1994


"Escucha, Paula, voy a contarte una historia, para que cuando despiertes no estés tan perdida. La leyenda familiar comienza a principios del siglo pasado, cuando un fornido marinero vasco desembarcó en las costas de Chile, con la cabeza perdida en proyectos de grandeza y protegido por el relicario de su madre colgado al cuello, pero para qué ir tan atrás, basta decir que su descendencia fue una estirpe de mujeres impetuosas y hombres de brazos firmes para el trabajo y corazón sentimental. "



Para el libro de hoy he buscado efemérides de este dia. La principal, la que nos ha dado el dia libre hoy es la de la siginificación de nuestra Constitución y es que tal dia como hoy, allá por el año 1978, la piel de toro se llenó de urnas de las que salió una constitución en la que se apoyó la llamada "Transición" para empezar a caminar. Otra efeméride, aunque no estríctamente literaria fue el detonante de una de las obras mas entrañables de Isabel Allende. Otro 6 de diciembre, en 1992, la joven Paula, nieta de Salvador Allende, se reunía con él en su eternidad tras sufrir una largo periodo en estado vegetativo.
Pero “Paula” no comenzó siendo un libro, sino una larga epístola de Isabel a su hija para que cuando despertara de su coma no se encontrara perdida y si acaso no era capaz de recordar esta carta la ayudaría. 

“La muerte anda suelta por los pasillos y mi tarea es 
distraerla para que no encuentre tu puerta”



Cuando Paula entra en coma tenía 28 años. Había estudiado psicología y se dedicaba a ayudar a la gente. Paula era una persona muy creyente, religiosa y espiritual, que huía de lo material. Vivía de forma muy austera y apenas tenía objetos. Se había casado tan solo hacia un año y compartía con su marido una gran historia de amor. 
Isabel recibió la noticia de su estado mientras asistía a la presentación de una de sus novelas. Y desde ese mismo instante su vida cambió completamente. Porque abandonó todo para correr al lado de su hija, para ser quien cuidara de ella, para hablarle para evitar que se fuera.
"Paula" fue escrita como un exorcismo de la muerte; Allende explora el pasado y cuestiona a los dioses. El resultado es un libro mágico que lleva al lector del llanto a la risa, del terror a la sensualidad y a la sabiduría. 

La historia se divide en dos partes, la primera sucede de diciembre de 1991 a mayo de 1992 que más o menos coincide con un periodo de esperanza donde Isabel aún conserva confianza en que su hija se recupere y poco a poco vuelva a ser la que era.

La segunda parte abarca desde mayo a diciembre de 1992, etapa en que la resignación y las opiniones médicas han podido con ella y solo le queda aceptar el destino de su hija, que además de habitar un cuerpo que no responde a ningún estimulo ve agravado su estado porque su cerebro está dañado. Ya no queda nada de Paula, solo un cuerpo que poco a poco se deshace. 


La novela está narrada en primera persona donde abundan los flashbacks y constantes saltos en el tiempo, Isabel Allende nos cuenta de su mano y dirigido a Paula toda la historia familiar y la suya propia.  Mientras nos va contando el estado de su hija también nos va narrando la historia de su familia intercalando en ambos relatos, pasado y presente.


La novela se remonta a la vida de sus abuelos, narrando la de sus padres y finalmente la suya.
Pero Isabel en su novela no solo nos habla de sentimientos sino que refleja con bastante exactitud y dedicando bastante de la novela como vivió en Chile el golpe de estado militar que dio Pinochet en 1973 y sobre todo como lo vivió ella. Como de repente un país entero se ve sumido en una dictadura que les priva de todo derecho.



“La mente selecciona, exagera, traiciona, los acontecimientos se esfuman, las personas se olvidan y al final sólo queda el trayecto del alma, esos escasos momentos de revelación del espíritu. No interesa lo que me pasó, sino las cicatrices que me marcan y distinguen.” 



En una entrevista Isabel Allende decía esto:

"He aprendido a vivir con el recuerdo de Paula. Mediante un ejercicio constante de amor y de imaginación vivo también con su espíritu. Siento que mi hija me acompaña y que anda por el mundo tocando los corazones de algunos lectores. Han pasado más de 20 años de su muerte y todavía me llegan varios mensajes cada semana de personas que están leyendo Paula o lo leyeron hace tiempo y algo les ha sucedido recientemente y lo recuerdan.
También tengo una fundación, creada para honrar la memoria de mi hija, cuya misión es ayudar a mujeres y niñas en áreas de salud, protección y educación (www.isabelllendefoundation.org). El dolor de perder a un hijo nunca se va, pero se puede convertir esa pena en una amiga, una compañera discreta que nos abre el corazón y nos impulsa a superarnos."

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