10 MUJERES
Marcela Serrano
2011
Simona, Francisca, Guadalupe, Mané, Juana, Leyla, Luisa, Andrea y Ana Rosa y su terapeuta, Natasha, son las 10 mujeres de esta historia. Sus penas y sus miedos, sus circunstancias, sus errores... todo ello puesto sobre el tapete de una sesión única para todas con el objetivo de dejar el pasado atrás y poder vivir plenamente.
Distintas tipologías de mujer, desde la madre indiferente que abandona a la familia y acaba viviendo en la calle hasta la madre abnegada que dedica su tiempo, su sueño y su vida a sus demás, pasando por la madre enferma totalmente dependiente de su hija.
En el desarrollo de sus historias siempre existe un punto que provoca empatia entre ellas, un punto en el que se sienten identificadas. Es como si la historia de una es parte de la historia de las otras. Esto genera en ellas un pequeño atisbo de solidaridad.
El destino y sus factores tales como la pobreza, el alcoholismo, la enfermedad, la muerte..... definen un poco sus circunstancias. En algún momento se pregunta si sus vidas hubieran sido distintas de haber nacido en otro lugar, o en otra familia.
La importancia que todas conceden al hecho de poseer una casa propia donde vivir y luchar por mantener su profesión es significativa. Como Layla que estudia periodismo para no acabar de contable en la tienda de sus padres o Mané que se considera actriz y no quiere acabar pesando azucar en una tienda.
La religión también está presente en las circunstancias, filias y fobias de algunas de estas 9 mujeres, así Simona, de colegio católico en su infancia, la universidad cambia su norte y se dedica a la política
o el polo opuesto, Ana Rosa, que ofrece su sufirmiento cotidiano a Dios.
Luisa, que pasa su vida esperando la vuelta de su marido detenido y desaparecido durante la dictadura de Pinochet, se pregunta ¿Se puede enfermar de la pena..?
Independientemente de sus circunstancias actuales todas ellas arrastran un pasado que las atormenta. ¿Compartirlo les ayudará?
"«...y así seguimos remando contra la corriente, empujados sin pausa hacia el pasado. Es una imagen maravillosa, que representa la condición humana. El pasado es un refugio seguro, una tentación constante y, sin embargo, el futuro es el único sitio donde podemos ir»."
"«...y así seguimos remando contra la corriente, empujados sin pausa hacia el pasado. Es una imagen maravillosa, que representa la condición humana. El pasado es un refugio seguro, una tentación constante y, sin embargo, el futuro es el único sitio donde podemos ir»."
De la reseña que hace del libro el blog "Hojeando mundos" os dejo, la vida y circunstancias de cada una de las 10 mujeres que Marcela Serrano saca a la palestra:
Francisca es una mujer acomodada de clase media con un trabajo y una familia estable, que tiene una muy mala relación con su madre.
Mané es una ex-actriz mayor que vive al día y que aún no supera sus fracasos y no deja ir las ilusiones de su pasado.
Juana es una mujer alegre, madre soltera, hija de una madre soltera, que tiene que lidiar con las enfermedades de su madre y de su hija y que la hacen sentir muy cansada.
Simona es una mujer que luchadora por causas sociales que lo tuvo todo y que cayó en una depresión por la relación de amor-odio con su marido.
Layla es una mujer alcohólica, con falta de identidad sobre su origen. Periodista que se aventura en medio oriente en busca de su pasado.
Luisa es una mujer de campo, cuyo marido despareció hace tiempo. Es luchadora y a pesar de las adversidades, siempre supo adaptarse a las circunstancias.
Guadalupe es una mujer joven, declarada lesbiana, muy inteligente, pero autodestructiva. Rebelde y en la eterna búsqueda de una relación estable.
Andrea es una mujer enojada con el mundo a la que le cuesta reconocerse fuera de su personaje como periodista de televisión. Vive huyendo de si misma y de los demás.
Ana Rosa es una mujer común, con un trabajo común y una vida cotidiana, pero con un pasado trágico y un episodio doloroso desde su niñez.
Natasha es una mujer que ha decidido reunirlas, para que todas se abran, cuente
La hoja de calendario de hoy la cerramos recordando a Marcos Ana, que nos dejó en Noviembre, y que por muy poco no ha podido soplar la vela que hoy ponemos en su, ya imposible, tarta.
“Si salgo un día a la vida, mi casa no tendrá llaves (…)”
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