OREJAS DE MARIPOSA
Luisa Aguilar
Ilustrado por André Neves
2008
"Mara es especial y nada ni nadie conseguirá restar valor a sus cualidades porque su madre le ha dado la clave para salir airosa de cualquier crítica: autoestima, imaginación y espontaneidad".

¡Mara es una orejotas!
A Mara, como a cualquier niño, tanta "maldad" le afecta y cuando llega a su casa pregunta a su madre.
Mamá, ¿tú crees que soy una orejotas?
Que las orejas de Mara son grandes es una realidad incuestionable que la niña tiene que admitir y aceptar, pero para que lo haga de una manera natural, sin crearle traumas, la mamá le enseña a querer su cuerpo con imaginación, transformando por medio de historias fantásticas esos aparentes defectos en virtudes.

Pero lo que es mucho más importante, con el paso del tiempo desde el respeto y sin ofensas, enojos, ni malas palabras, Mara aprenderá a responder a sus compañeros y a que no le afecte la opinión de aquellos que utilizan la burla de sus defectos como arma arrojadiza para hacerle daño. Su madre desde el cariño le enseña que lo verdaderamente importante no está en el aspecto físico ni en lo que dicen los demás. Lo realmente importante es quererse a uno mismo y para ello lo primero que tenemos que hacer es aceptarnos como somos. Por supueto, Mara gracias a su madre y sus fantásticas historias, lo logrará.
En estos tiempos en donde vivimos en una sociedad obsesionada con la imagen y con el qué dirán. Una sociedad que lucha de manera exagerada y enfermiza contra las huellas que deja el paso del tiempo en todos nosotros o que es capaz de poner en riesgo la salud y la calidad de vida en pos de un canón de belleza inalcanzable para la mayoría, resulta tremendamente grato encontrar libros que muestran a nuestros pequeños que nuestro verdadero valor como personas no está en nuestro aspecto físico, o la ropa con la que nos vestimos. Que nuestra felicidad únicamente la encontraremos si logramos aceptarnos tal y como somos sin importarnos en exceso lo que los demás digan de nosotros. Además este libro nos da un camino a los adultos para afrontar esas situaciones tan desagradables, que se dan desde que los niños son muy pequeños, en donde los supuestos "fuertes" o cabecillas de la clase empleaban los defectos físicos, las diferencias externas... como arma arrojadiza contra el más débil.
Potenciando la imaginación de los más pequeños "Orejas de mariposa" nos propone buscar respuestas vitales, positivas, y, porque no, cargadas de fantasía, que les sirvan como antídoto contra las burlas y las humillaciones y con las que poco a poco consigan hacerse fuertes.
Visto en http://rz100.blogspot.com.es
Hay un blog que suelo visitar de vez en cuando porque no solo comenta libros de este tipo sino que los trabaja y los aplica en su aula. Es el "Aula de Elena - Diario de una maestra". Me ha gustado muchísimo lo que comenta en relación a este albúm ilustrado. Tanto es así que, aún a riesgo de hacer esto un poco mas largo de lo normal y parecer un poco pesado, os lo reproduzco. El tema lo merece.
Creo que es un libro muy adecuado para trabajar en la escuela, a partir de los 6 años, porque los niños son niños y lo tienen todo en estado puro (a veces, también la crueldad) y se burlan de los demás abiertamente (mientras que los adultos, habitualmente, lo hacen por detrás).
Por eso creo que es esencial hablar abiertamente de ello, poner ejemplos, leer libros sobre el tema... para que, por una parte, interioricen qué conductas son inadecuadas (y dejen de hacerlas de forma natural) y, por otra, se sientan fuertes y tengan estrategias si alguna vez son objeto de burla (en definitiva, aumentar su autoestima).
Nosotros, en clase, ya hemos hablado de este tema, porque soy muy tajante cuando oigo una burla hacia un compañero (sea por una característica física, de su carácter, de su situación personal... en fin, cualquier crítica no constructiva). Intento poner cara de "esto es inaceptable o intolerante" para crear "efecto choque" en ellos, que sientan que mi actitud ha cambiado radicalmente ante un hecho de este tipo. Pero también intento no resultar "amenazante", es decir, que no dejen de burlarse por el hecho de que "Elena se enfada", porque no resolvería el problema y se burlarían por detrás. Más bien muestro una actitud de rechazo total pero no enfado, más bien sorpresa, descuadre, porque creo que se trata de educar, no de reprimir. Y siempre hablamos sobre el tema y explicamos que cada uno tiene unas características únicas (que uno es alto, otro bajo, uno rubio, otro moreno, otro muy ágil, otro muy ingenioso...) y que no hay nadie mejor que otro. ¡Sólo diferentes! Y que menos mal... porque ser todos iguales ¡sería aburridíííííísimo!
No hay comentarios:
Publicar un comentario