21 DE MAYO


LOS PECES NO CIERRAN LOS OJOS
Erri de Luca
2012

«Nacer y crecer en Nápoles agota el destino: vaya uno donde vaya, ya lo ha recibido como dote, mitad lastre, mitad salvoconducto.»



De todas las reseñas que he leido de este libro la que publicó El Cultural, bajo la firma de Rafael Narbona, es, creo, la que mejor describe el espíritu de esta ficción literaria de Erri de Luca. Con ella os dejo. 

"Erri rescata un remoto verano en Napolés, reviviendo las experiencias que desembocarán en su yo adulto. Su padre sólo es una figura lejana que busca la prosperidad en Estados Unidos, huyendo de la pobreza de una Italia destruida por los bombardeos aliados y la dictadura fascista. Su madre es una mujer que ama su tierra y no puede olvidar los horrores de la guerra. Erri es un niño serio, introvertido, meditabundo, enamorado de la poesía y de los placeres sencillos, como pescar, pasear y contemplar a una chica entre la espuma del mar. Sus ojos han descubierto un sentimiento incipiente que se asemeja al amor, pero el cuerpo aún no experimenta la urgencia de fundirse en otra carne y ser dos, sin renunciar a su singularidad. 
Erri no recuerda el nombre de la chica que le besó, pidiéndole que bajara los párpados y no imitara a los peces, con los ojos siempre abiertos. 

 Si un poeta afirma que escala el cielo, no miente. La poesía es la genuina fuente de la verdad. El poeta no tiene otro oficio que vagabundear y, en el caso de Erri, escribir sólo es una forma de ser invisible, algo que anhela en sus momentos de inseguridad. Si el alpinismo es “un acto de fe física”, la poesía es un acto de fe en el poder de las palabras para apropiarse del mundo y abrirse a todos los significados. El poeta es un visionario. Tal vez eso explique el fracaso de Erri con las matemáticas, la asignatura pendiente que le acompañará durante todo el verano. Las matemáticas no se basan en metáforas, sino en certezas. En cambio, la poesía se alimenta de divagaciones. 

El amor no comparecerá sin su carga de aflicción. Erri recibirá una terrible paliza por culpa de los celos de otros muchachos. Con una brecha en la frente y los ojos transfigurados en carne violeta y tumefacta, renunciará a denunciar a los agresores. La delación y la venganza le parecen inaceptables. Al igual que Don Quijote, considera que el destino del hombre honesto es ser apaleado, humillado, rechazado, menospre- ciado. Nada de eso le resta dignidad, pues la grandeza de un hombre se mide por su capacidad de no responder al odio con odio, sino con fraternidad y afán de superación. Los peces no cierran los ojos es el fulgor de la poesía en su vertiente ética, doblemente comprometida con la verdad y la belleza. Erri De Luca nos recuerda que la poesía es decir adiós sin temor a nuestra inevitable -y tal vez necesaria- finitud. "

El libro está plagado de frases y párrafos que, con tan solo unas pocas palabras, son de una profundidad asombrosa. Juzgad vosotros mismos. 

¿Cómo describir el rencor de la guerra? 

"Aquel odio que añadía vinagre a las lágrimas" 

¿Cómo describir la escritura en pluma sin papel secante? 

"Bajo el aliento ponderado, las letras temblaban relucientes, como lo hacen las lágrimas y las brasas". 

¿Cómo describir esas frases de los libros que se clavan 
en la retina y la memoria? 

¿Cómo describir el efecto de los libros? 

"Son la más potente contradicción de los barrotes, los libros. Al prisionero tumbado en el catre le abrían de par en par el techo". 

¿Y el amor? ¿Cómo describir el amor? 

" se parece a una marejada de ábrego, revuelve el mar por encima y por debajo lo remueve."

Alguien, en alguna de las reseñas que he leido, lo ha descrito como una suerte de "verano azul" pero mas profundo y transcendental. 
Por lo visto, y por lo leido, creo que no hay que perderse este libro. 

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