LA ABUELA CIVIL ESPAÑOLA
Andrea Stefanoni
2015
Consuelo nació en Boeza, León. Un día se enamoró de Rogelio y juntos tuvieron una hija. En el invierno de 1950 se vieron obligados a escapar de una tierra que les era hostil. El franquismo y una oscura traición familiar los llevaron primero a Buenos Aires y más tarde a una isla en el delta del Tigre. Su nieta Sofía es quien se encarga de rescatar del olvido esa vida y hace hablar a su abuela Consuelo para convertir su memoria en relato. Sabe que Consuelo atesora algo que va más allá de una guerra civil y sus contingencias.
En algún lugar de esta novela se dice "Las guerras no terminan nunca del todo". Triste realidad porque los recuerdos de las experiencias de una guerra perduran por encima de cualquier contingencia. Y perduran porque se transmiten a los descendientes. Consuelo, la abuela del título, era aún una niña de un pueblo de León que, al comienzo de la Guerra Civil, se afana en el monte reuniendo las ovejas, protegiéndolas de los lobos, y en la posguerra trabajará en una mina. Tras su boda con Rogelio, un antifranquista sentenciado a muerte, al que no obstante liberan tras varios años en la cárcel, el matrimonio y una hija tienen que dejar el pueblo por temor a la represalia de un falangista al que Rogelio engañó al comienzo de la contienda.
Ese odio visceral, tan característico, del antes, entonces y después de nuestra contienda civil, convierten en emigrantes a Consuelo, a Rogelio y a la hija de ambos, y en Buenos Aires inician una nueva vida. Nunca regresarán a España. Se instalan en una isla del delta del Tigre, trabajando de caseros, y allí les nace otro hijo y luego nacerán los nietos. Uno de ellos, Sofía, es quien narra su itinerario vital, al recibir la noticia de una caída de Consuelo, de 87 años, que pone en marcha los recuerdos de familia y la preocupación de la nieta, decidida a “correr hacia la sangre de mi abuela”. Sofía hace hablar a su abuela: pone su memoria en palabras, su presente en relato. Sabe que Consuelo atesora algo que va más allá de una guerra civil y sus contingencias, o de dejar atrás un país para rehacerse en otro muy distinto, aunque tenga la misma lengua. Es una sangre en común la que lucha por decir lo suyo entre dos mujeres.
“Lo dice de otra manera, pero queda la palabra: sangre.
Hay palabras de las que es difícil volver. Esa es una”.
Sofía en la vida real es Andrea Stefanoni, gerente de la librería más grande de Buenos Aires, El Ateneo-Gran Spléndid, fundadora de la editorial Factotum y quien firma este libro. En una entrevista contaba aspectos y circunstancias acerca de esta historia que os dejo a continuación.
"La abuela civil española no es tanto el relato sobre la guerra; es todo lo que sucede alrededor.
Es el viaje de mi abuela en el barco Cabo de Hornos, la construcción de su vida en las islas del Delta, las guerras pequeñas que tuvo que luchar antes y después de la guerra. Su infancia, la falta de comida. La violencia doméstica interminable.
La novela también tiene que ver con conocer a mi abuela en intimidad. Conocerla como se conoce a un pariente cuando uno ya no es menor, cuando uno ya no es solamente la nieta, la parte a educar: sino como se conoce a un amigo a fondo.
Hoy mi abuela es eso: una persona a la que conozco no solamente por estar cerca de ella, sino porque confía en mí como para hablar libremente de los detalles de su vida. Esa es su más profunda humanidad, la que la diferencia de aquellos de quienes huyó."
“No había más que ver lo enorme del barco para saber que aquello
atravesaría una distancia que separaba a las personas de por vida”.
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