27 HISTORIAS PARA TOMAR LA SOPA
Ursula Wölfel
Ilustraciones de Pablo Bernasconi
2005
Reedición 2014
"Era una vez una niña que tenía un globo y el viento se lo arrancó de las manos. «¡Para, para!», gritó la niña. Y el globo se le enganchó en un árbol. La niña se subió a un banco, del banco pasó al árbol y cogió el globo con las dos manos.
«¡Baja!», le gritaron los otros niños. Pero la niña respondió:
«No puedo bajar, porque tengo que agarrar el globo».
Un niño se subió al árbol. «¡Baja!», le gritaron los otros niños. Pero él les respondió: «No puedo. Tengo que sujetar a la niña y la niña tiene que sujetar el globo»."
Unos saltamontes que se pelean por ver quién salta mejor y descubren que uno es mejor «saltalejos» y el otro mejor «saltaalto»; un pato que quiere salir del corral a descubrir cómo es la noche; una rana que bajo el agua es confundida por los peces... por un pez; una vaca que se cansó de comer hierba e intentó comerse una valla de madera pero no le pareció apetitosa... y otras historias tan divertidas como estas pueden resultar el mejor acompañamiento posible tan sólo unos segundos antes de comer cada cucharada de sopa. Bellísimamente ilustrado y editado, este libro trata un tema convertido en famoso por Mafalda: la conflictiva relación establecida entre los más pequeños... ¡y la sopa!
Os dejo una para abrir apetito, que os apreveche la sopa.
LA HISTORIA DE LA SALAMANDRA
Erase una vez una salamandra que vivía en una madriguera. Un día, hizo tanto frío que la madriguera se quedó helada. Entonces ella y todas sus compañeras decidieron salir de sus frías madrigueras.
La salamandra les dijo a sus amigas que dentro de la tierra había fuego y que iba a ir allí. Las demás se rieron de ella y le dijeron que ellas esperarían que viniera el sol para calentarlas.
Nuestra salamandra, que era muy aventurera, atravesó la tierra, por debajo de las raíces de los árboles. Iba cada vez más abajo. Todo estaba oscuro. Vio minas, rocas con piedras preciosas. Escavó y escavó, y al final encontró el corazón de la tierra. Allí estaba el gran fuego. Habían piedras que se derretían cambiando de color de azul a verde, y posteriormente rojas y amarillas, y en el centro se ponían blancas.
Se calentó mirando aquel bello espectáculo y después volvió a la superficie. Les contó su aventura a las salamandras. Ellas la miraron con asombro, y por arte de magia ya no tuvieron nada de frío. Parecía que al contar la historia el calor hubiera aparecido allí.
27 historias para tomar la sopa (Kalandraka) from TIC Santa Teresa León on Vimeo.
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